Ante la estigmatización, xenofobia, criminalización, desplazamientos, desapariciones forzadas, persecución y asesinatos que se viven en Honduras y que se exacerban brutalmente día tras día, las organizaciones firmantes exigimos el respeto al pueblo hondureño.
Estas nefastas circunstancias y violaciones permanentes no son ajenas para la comunidad e instituciones internacionales; instancias como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), así como diversas organizaciones internacionales, los últimos años han recibido numerosas denuncias y emitido comunicados resaltando la situación del pueblo de Honduras.
Conocedoras/es de las experiencias electorales que el país mesoamericano ha vivido en el pasado reciente, exigimos transparencia en el proceso electoral que se desarrollará en el mes de noviembre y que se da bajo un escenario viciado y profundamente anti-democrático, signado por la violencia contra las/os opositores/as, incluyendo agresiones patriarcales a mujeres políticas y jóvenes, que incluyen femicidios, leyes anti-protesta, e impunidad como la que reina frente a los coautores del crimen de Berta Cáceres; la campaña sistemática contra Olivia Zúñiga, la hija de Berta, defensora de los DDHH que denunció valientemente el crimen de la estudiante de enfermería Keyla Martínez (quien fuera asesinada en una celda policial por las mismas autoridades), y también la impunidad alrededor de la desaparición forzada de los compañeros garífunas del Triunfo de la Cruz, quienes reclamaban el cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), que ordena la restitución de sus tierras ancestrales.
Todas estas atrocidades tienen lugar en un marco de profunda explotación territorial, de defensores/as de territorios judicializados/as y empresas trasnacionales violando los derechos de los pueblos y menoscabando los derechos territoriales y ambientales, respaldadas por el gobierno que utiliza a las fuerzas armadas del Estado para silenciar a la oposición y los procesos de resistencia y defensa frente al despojo.
Por todo lo mencionado, llamamos al gobierno de Honduras al cese de la violencia contra el pueblo hondureño y condenamos la represión desatada por el ejército y la policía en contra de defensores/es de los derechos de los pueblos y sus territorios. Nos sumamos a la solidaridad internacionalista con las mujeres, campesinos/as, indígenas, garífunas, los campesinos/as de Guapinol, el Comité de Bienes Comunes de Tocoa y la Plataforma Agraria, y nos mantenemos alertas a los próximos acontecimientos que ocurran en el mes de noviembre, invitando a más organizaciones a pronunciarse contra este proceso electoral antidemocrático.