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La “Jornada Continental por la Democracia y contra el neoliberalismo”, articulación de movimientos y organizaciones sociales, sindicales, campesinas, ambientalistas, feministas, de derechos humanos y por la soberanía1, reunidas en Brasilia entre el 29 y 31 de mayo, saludan el retiro convocado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva con la participación de los presidentes de los gobiernos del sur del continente.
Desde su creación en 2015, la Jornada Continental ha centrado su preocupación y acción frente a los graves riesgos y ataques que sufren las democracias y los derechos de los pueblos de América Latina y el Caribe. La ofensiva conservadora y autoritaria que se ha abatido sobre la región y el mundo centran su ataque en la destrucción de los derechos colectivos y de los pueblos, la apropiación de los bienes comunes en beneficio de las empresas transnacionales y el gran capital, la destrucción de la naturaleza, de los territorios, y la criminalización de las comunidades y organizaciones sociales que defienden sus derechos.
La región está de nuevo frente a la urgencia de atender las necesidades de los millones de personas que siguen viviendo en la pobreza y la desigualdad, con precariedad, desempleo e informalidad de millones de trabajadoras/es, con destrucción de los sistemas públicos de salud, educación, agua y saneamiento básico. Una región en la que el avance del agronegocio genera el desplazamiento y destrucción de los sistemas de producción de alimentos y el despojo de los territorios campesinos, indígenas, y de las comunidades afrodescendientes; con millones de mujeres y hombres con sus familias siendo obligadas a migrar producto de la destrucción de las economías y la falta de oportunidades. Nuestras democracias no serán posibles mientras a millones de personas se les siga negando su derecho a una vida digna y la riqueza continúe concentrada en pocas manos, tornándonos la región más desigual del planeta.
En la tradición solidaria de unidad y de lucha de nuestros pueblos, el internacionalismo y la acción más allá de las fronteras de nuestros países siempre ha sido una constante. La integración desde los pueblos es la forma de construir un proyecto democrático de soberanía que responda a la diversidad de historias, culturas, lenguas y tradiciones de lucha que nos hacen ser la Patria Grande. Fortalecer esta visión y referencia es fundamental en este tiempo complejo para la región y el mundo. Atender las necesidades urgentes de nuestros pueblos y avanzar en la defensa de los bienes comunes para hacer frente a crisis como la del cambio climático, exige fortalecer relaciones de complementariedad y solidaridad entre nuestros países.
El presidente Lula ha llamado a los presidentes de Sudamérica para intercambiar ideas e identificar posibles caminos para la retomada de la integración regional. Coincidimos con el compañero Lula en que ningún país de la región, por muy grande que sea su economía y su peso poblacional, podrá salir adelante solo, ni superar los graves déficits que tienen origen desde tiempos coloniales. Sin haber superado todavía las graves consecuencias de la pandemia, que ocasionó más víctimas fatales en nuestra región que en cualquier otra del mundo, hay urgencia de atender las crisis estructurales que condenan a nuestros pueblos a vivir en la miseria.
La reunión de los presidentes ha emitido una declaración denominada el “Consenso de Brasilia”, que refleja una amplia gama de asuntos que se consideran prioritarios para retomar una agenda de integración regional que podría dar respuestas a asuntos urgentes, no solo del sur del continente, sino de toda América Latina y el Caribe. Señalamos que el fortalecimiento de la democracia y la promoción del desarrollo económico y social solo será posible si se superan las fórmulas de libre mercado y la financierización de la economía y de la naturaleza, que imperan en la región. Asimismo, es necesario articular las demandas de reconocimiento de las deudas históricas que el Norte global tiene con nuestros países y del carácter injusto e ilegítimo de las deudas que limitan cualquier posibilidad de desarrollo soberano. Hay tareas que deben encararse con prioritaria necesidad, y que la declaración señala serán iniciativas adoptadas inmediatamente desde la cooperación sudamericana, tales como el enfrentamiento de la pobreza, el hambre y todas formas de desigualdad y discriminación.
Desde la Jornada Continental saludamos el “Consenso de Brasilia” considerando que a partir de este encuentro puedan abrirse las posibilidades para que los gobiernos coloquen la cuestión de la integración como un asunto que está directamente relacionada con la política nacional y cada vez más está determinando asuntos esenciales de la vida concreta. En este sentido nos llama la atención la ausencia de referencia específica a la actuación de los pueblos, en sus diversas formas de representación social, como actores concretos de la integración. En este sentido, acompañamos la afirmación del expresidente José “Pepe” Mujica según la cual no habrá integración posible si esta no tiene un significado concreto y real para los pueblos.
Como lo señala la Declaración, la integración y la cooperación regional deben ser puestas al servicio de los problemas urgentes de salud, educación, trabajo y déficit de infraestructura al interior de nuestros países y entre los países. Es posible definir agendas de complementariedad productiva a lo largo de nuestras fronteras, juntando de forma solidaria y cooperativa las capacidades de producción y transformación para generar formas sustentables de economía, que atiendan las necesidades de la población y preserven nuestros bienes comunes, y para esto es fundamental la participación activa de las comunidades, organizaciones de trabajadoras/es, campesinas, pueblos originarios, afrodescendientes y otras formas de organización social.
Consideramos importante retomar la institucionalidad de la integración regional, como parte del proceso de recuperación luego de la ofensiva conservadora que intentó destruirla. Sin embargo, creemos que deben solventarse los problemas del periodo precedente; especialmente en lo que refiere a la presencia efectiva de los diferentes sectores sociales y las organizaciones que desde distintas experiencias han construido la integración desde los pueblos.
Desde la “Jornada Continental por la Democracia y Contra el neoliberalismo” hemos aceptado el llamado realizado por el compañero Pepe Mujica para ser parte de un nuevo momento de la integración y cooperación regional. Las diferentes organizaciones y movimientos sociales que componemos la Jornada Continental estaremos movilizados en esta tarea los próximos meses y queremos reafirmar con el expresidente Mujica que “no existen cumbres sin montañas para apoyarse y esas montañas son los pueblos”.
Brasilia, 31 de mayo de 2023
1 Integrada por la Confederación Sindical de Trabajadoras/es de las Américas (CSA), Marcha Mundial de las Mujeres (MMM), Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC VC), Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe (ATALC), Capítulo Cubano de Movimientos Sociales, Movimiento de Afectadas/os por Represas de Latinoamérica (MAR), ALBA Movimientos, Grassroots Global Justice Alliance (GGJ), Jubileo Sur Américas (JSA), CUT Brasil y PITCNT Uruguay.