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Arremetida neoliberal en Brasil

Foto: Ricardo Stuckert

Solidaridad con el pueblo brasileño en nueva fase del Golpe: persecución de luchadores sociales

Amigos de la Tierra America Latina y el Caribe (ATALC) denuncia que la condena del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva en segunda instancia, el miércoles en Porto Alegre, es una nueva etapa del golpe de Estado parlamentario, judicial y mediático que en 2016 derrocó a la presidenta democráticamente electa Dilma Rousseff.

La detención el miércoles de noche de veintiocho militantes de varios movimientos sociales brasileños, que se manifestaban en apoyo a Lula, da cuenta del aumento del avance de la criminalización de la lucha social en el país en defensa de la democracia. Los compañeros y compañeras fueron liberados este jueves.

El gravísimo proceso de retroceso o desmonte de las conquistas populares de las últimas décadas en Brasil, que habían encontrado mayor respaldo en los gobiernos de izquierda del país, tiene asimismo varios espejos en varios países de nuestra región, como Honduras, Paraguay y Argentina, por nombrar sólo algunos.

Desde ATALC nos mantenemos alertas y en denuncia de los procesos antidemocráticos y antipopulares en nuestros países, y de los vínculos de la atropellada de la derecha en la región contra las conquistas de las clases trabajadoras y de los derechos colectivos de los pueblos en sus territorios.

En sólo dos años, post golpe de Estado de Michel Temer, se han perdido en Brasil décadas de avances en derechos como los relativos a la salud, alimentación, vivienda y educación.

ATALC considera que el juicio contra Lula es un juicio político, que busca evitar que el mandatario brasileño, que goza de un enorme respaldo popular, se presente a las elecciones nacionales de octubre. La defensa legal de Lula, así como los movimientos populares agrupados en los frentes Pueblo Sin Miedo y Brasil Popular, que resisten al golpe de Michel Temer, denuncian que no hay pruebas que incriminen a Lula.

Se trata, en cambio, de un proceso de judicialización de la política y de politización de la justicia, que busca mantener el poder de la oligarquía nacional al tiempo que venden el país y sus bienes naturales al capital internacional y las corporaciones transnacionales.

Asimismo, estos días en Porto Alegre ha quedado en evidencia la militarización de la vida social en el país, con una ocupación militar y policial gigantesca en defensa del actual estado antidemocrático.

No deja de llamar la atención, también, la velocidad con que Lula ha sido juzgado, en contrapartida con numerosos procesos judiciales contra otros dirigentes políticos. Asimismo, si Lula es perseguido con tanta crudeza por la justicia, es dable esperar que la arremetida contra campesinos sin tierra, indígenas, comunidades quilombolas, militantes sin techo, entre otros, sólo aumente su gravísima intensidad actual.

El caso brasileño expone la estrategia violenta de los golpes neoliberales que se están sofisticando en América Latina, mediante mecanismos disfrazados de institucionales.

El miércoles fueron casi de 10 horas de lectura por parte de los jueces del TRF4 de una sentencia que ya los movimientos sociales del país se veían venir. No obstante, nada detuvo a trabajadores, mujeres, sindicalistas, campesinos sin tierra, militante sin techo, entre otros actores, que desde el lunes inundaron las calles de Porto Alegre en defensa de la democracia y del derecho de Lula da Silva a ser candidato.

Asimismo se mantiene la resistencia al golpe y fraude electoral en Honduras, a pesar de las decenas de asesinatos a manos de la policía y los militares del país, y de las diversas fuerzas sociales del continente frente a los procesos que atropellan sus derechos.

ATALC saluda y se manifiesta en solidaridad militante con el pueblo organizado brasileño, que a pesar de las diversas demandas se fortalece en la unidad en la resistencia al golpe y en defensa de la democracia. ¡La lucha sigue!