Carta a la nación ultrajada

Cuando exista la explotación humana y de la madre tierra, el racismo, la opresión de clase, el sexismo, la violencia estructural y patriarcal contra la mujer y la ausencia de la verdadera democracia, no debemos guardar silencio; debemos tomar posición y decir la verdad.
Juan Almendares.

Asunto: Juicio político, solicitud, renuncia, dimisión del presidente de la República de Honduras, periodo 2014-2022.

Me dirijo en calidad de persona, que he tenido el privilegio de educarnos en un país extremadamente desigual, y, por lo tanto, tengo una deuda impagable con el pueblo, en ese sentido tenemos un compromiso de luchar por defender este terruño, de toda forma de injusticia, explotación, humillación, exclusión y, sobre todo, opresión patriarcal y de clase que violenta los derechos de hombres mujeres niñas niños y ancianos.

En síntesis, siempre me he considerado un intelectual en proceso de aprendizaje y articulado orgánicamente a las luchas justas de nuestros pueblos, en defensa de los derechos humanos y de la madre tierra. Por consiguiente, soy respetuoso de las creencias religiosas y el respeto a las ideas sociales y políticas, así como debe promoverse la lectura de la biblia y las creencias religiosas, debe de existir la libertad para el estudio del capital de Carl Marx u otras filosofías y enfoques científicos relacionados con la vida y la visión universal del pensamiento.

El segundo principio, es la defensa de los derechos humanos y el convivir en comunidad y el respeto a la familia, teniendo las condiciones materiales, espirituales y culturales para vivir en sociedad.

El tercer principio, es que en nuestro país deben también existir un trato respetuoso a la dignidad, la autonomía, la soberanía cultural, la soberanía territorial y la autodeterminación de nuestro pueblo que debe ser solidario con toda la humanidad por la paz y la justicia, y, sobre todo, solidario con los pueblos de América Latina y el Caribe. Por lo tanto, debemos defender el principio de autodeterminación y condenar toda forma de bloqueo y violación a la soberanía nacional. En consecuencia, condenamos la existencia de bases militares y hegemonía cultural estadounidenses o de cualquier otro país en nuestro territorio; así como los bloqueos inhumanos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, y las intervenciones y golpes contra Bolivia, Brasil, Honduras, Haití, Granada, Rep. Dominicana, Puerto Rico, Paraguay, Chile, Bolivia, Argentina, Ecuador y en diferentes países en la historia de América Latina.

Con estos antecedentes, analizaremos nuestra presente situación, nunca hemos estado a favor de la extradición de un hondureño, porque no existen tratados de igualdad con Estados Unidos de América. En el caso de las drogas, se culpa a hondureños y latinoamericanos y nose hace ningún señalamiento a estadounidenses que en forma corrupta y criminal negocian las drogas en EU, y, sin embargo, todo el problema aparece que es en Honduras, la corte de ese país, enjuicia los extraditables, pero casi nunca aparecen quienes son narcotraficantes en esa nación del norte.

El otro aspecto que señalo, es que no soy partidario de la metodología individualista y reduccionista que se enfoca en un caso singular, que es el clamor popular e internacional que el presidente de Honduras es parte importante del narcotráfico.

Sin embargo, no estamos negando o afirmando estos hechos, porque consideramos que el problema de Honduras no solo es el narcotráfico, si no que tiene que ver la existencia de un Estado policial militar, persecutorio, carcelario donde predomina la tortura, los tratos crueles inhumanos y degradantes y sobre todo las cárceles de máxima seguridad que son de máxima tortura. Se suma a esta situación, una corrupción escandalosa y una violación sistemática de los derechos humanos. O sea, que el problema no solo es el presidente el que ha contribuido a la existencia de un Estado sin derechos, sino que es todo un sistema que debería de cambiarse incluyendo al presidente.

La Mesa de Derechos Humanos de Honduras, planteó al Congreso Nacional de la Republica en el mes de 1 mayo de 2020, someter a juicio a político al presidente de la república, Juan Orlando Hernández y al Fiscal General de la República por violentar las disposiciones referentes al Estado de derecho y los derechos humanos. El Congreso Nacional de la República hizo caso omiso a este planteamiento de la Mesa de Derechos Humanos.

Según el Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH) 2 Honduras perderá 70 mil millones este año por corrupción e incertidumbre electoral. En consecuencia, con lo anterior estamos obligados a plantear lo siguiente: El fundamento del problema no es un enfoque singular e individual, sino que debe considerarse un componente principal del sistema de poder Geopolítico, económico, militar y, por lo tanto, es un imperativo categórico y ético que renuncie el Consejo Nacional de Seguridad (integrado por el presidente de la República, quien lo preside, así como por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General, el Secretario de Estado en el Despacho de Seguridad, y el Secretario de Estado en el Despacho de Defensa Nacional).

En caso de que el Congreso Nacional de la República no proceda a plantear las exigencias y clamor popular, el pueblo queda en libertad de exigir la renuncia de la directiva del Congreso Nacional.

A continuación, señalamos las urgentes tareas que toman como base la soberanía popular que se enmarca en la Constitución de la República y en las convenciones, cartas y acuerdos internacionales y nacionales que contribuyen a la justicia, la paz y al derecho internacional.

Revisar los tratados militares y comerciales desiguales que ultrajan nuestra soberanía y violenta el modelo económico de vida de los hondureños.

Desmantelar las bases militares que ocupan nuestro territorio nacional.

Desmilitarizar los centros penales y todas las instituciones del Estado.

Derogar las leyes que autoriza la existencia de la policía militar.

Que la pedagogía y los planes educativos de los niños y niñas “Guardianes de la Patria” no sean militares, si no que estén bajo la Secretaria de Educación.

Que la prioridad del Estado sean la salud, la educación, la vivienda, el transporte público; la asistencia técnica y económica a las comunidades indígenas, garífunas y campesinas.

Que se garanticen los procesos electorales y que se elimine el fraude electoral.

Que no existan las cárceles donde se tortura a los seres humanos y cese la criminalización de la protesta social.

Justicia para la desaparición forzada de los garífunas, y cese el genocidio racista contra pueblos indígenas y garífunas.

A 5 años de impunidad de Berta Cáceres, el pueblo y el mundo lucha por la verdad y justicia ante este crimen, libertad para los presos políticos, Romel Valdemar y los defensores del medio ambiente de Guapinol y otros presos políticos.

Justicia contra la impunidad del asesinato de mujeres, niños y niñas, así como, la violencia estructural del patriarcado.

Se exige respeto al código laboral, y derogar aquellas leyes que fomentan el trabajo infantil, trabajo por hora y toda forma de esclavitud moderna bajo el pretexto de violentar los derechos del trabajador. Es urgente parar los despidos masivos y la criminalización de la protesta y los asesinatos bajo el pretexto de el Estado de excepción y la existencia de la pandemia, Covid-19.

Condenar todas aquellas políticas que no dan bioseguridad y que han precarizado la salud y la seguridad social, con la muerte de centenares de trabajadores de la salud (Médicos, enfermeras, microbiólogos, técnicos, anestesistas de laboratorio, así como personal de limpieza y de servicio en los hospitales y centros de salud). sin embargo, los gastos en armas se han convertido en prioridad de este Estado militarista.

Es urgente, que todos y todas, bajo una ética que no se fundamente en considerar que dios es él mercado total, fundamento del neoliberalismo. Contribuyamos con amor y solidaridad con los seres más necesitados y construyamos la comunidad como un sujeto no fragmentado, donde la verdad es la vida y la mentira es la muerte.

Con humildad y respeto a todos los seres humanos y a la madre tierra, saludo sórico y fraterno a todos los seres y también a todos los hermanos y hermanas de la madre tierra y el mundo.

Gracias a ti juventud, que ha sido el gran testimonio que ha fortalecido mi alma de lucha, a Eduardo Lanza, Roger Gonzales, Soad Bustillo Ham y los garífunas desaparecidos por la defensa de sus comunidades.

¡Alta es la noche y Morazán vigila al Comando Sur y a las Fuerzas Armadas de Honduras!

Juan Almendares es ex rector de la UNAH, director ejecutivo del CPTRT, dirigente del Movimiento Madre Tierra, miembro de Amigos de la Tierra de América Latina y Amigos de la Tierra Internacional.

Tegucigalpa, 04 marzo de 2021