En el día de ayer la actual vicepresidenta de la nación y dos veces presidenta mandato cumplido, sufrió un intento de magnicidio con un arma de fuego en la puerta de su domicilio. Este gravísimo hecho se da en marco de un nuevo intento de lawfare contra la líder política.
El poder judicial completamente corrupto y con un estrecho vínculo con el poder económico y mediático, sostiene un proceso judicial inédito y falto de pruebas que busca condenarla a 12 años de prisión y proscribirla políticamente de por vida.
El intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner no es un hecho aislado, sino que es producto del discurso de odio imperante en los medios de comunicación, que sistemáticamente alientan el desprecio por el pueblo y avalan los hechos de violencia y amenazas que tienen lugar en las manifestaciones de la actual oposición.
La desestabilización institucional y democrática en Argentina se sucede incansablemente por los sectores economicos concentrados, los medios de comunicación hegemónicos, los partidos de derecha y el poder judicial con el fin de apropiarse del poder político para la aplicación de modelos neoliberales: incluyendo importantes medidas de ajuste impulsadas por el FMI a partir de la toma de deuda ilegal e ilegítima por parte de estos mismos sectores.
Lo que hoy está pasando en Argentina no es ajeno a la región. El fascismo avanza en toda Latinoamerica. Numerosos países enfrentaron procesos similares y ahora se encuentran construyendo nuevos rumbos políticos progresistas. Sin embargo, queda mucho camino para construir esta Patria Grande que soñamos.
En el 2023 Argentina se enfrentará a un nuevo proceso electoral. Este hecho pone de relevancia el gran desafío que afronta el pueblo en la defensa de la democracia y los gobiernos populares.